Hace ya años que Chúa Alba decidió colgar la bata en los escenarios para hacer algo más peligroso, innovador y agradecido, nada menos qe enseñar. Mostrar el camino para amar el flamenco, romper sus tejidos rítmicos en los dolores del baile y crear una escuela distinta, llena de magia y brujería. Chúa nunca fue una bailaora al uso, su emotividad encontró el curso de la pedagodía y en ese camino ha estado ocupada en los últimos años, viajando por Grecia, Bélgica, Rusia, Lituania… y en su taller de la granadina calle Elvira.

Os aconsejamos visitar su web y descubrir lo que algunos llaman duende.

www.chuaalba.com