Ana López Jiménez tiene 25 años, es graduada en Bellas Artes por la Universidad de Granada y está terminando un máster de producción e investigación en arte. Su talento es indiscutible y ha conseguido demostrar que ser Asperger no está reñido con poder triunfar y conseguir grandes metas como exponer su obra para contar su historia personal, las etapas de su vida. Y precisamente así es como esta joven ha conseguido expresar sus sentimientos, sus emociones. Su muestra más personal, “Etapas de la vida”, enseña cómo ha ido evolucionando. Es el mejor ejemplo de superación personal a través del arte. “Mi pasión por la pintura empezó de pequeña. Me encantaba dibujar en cuadernos, libretas… Buscaba cualquier manera de aprender. Siempre estado muy volcada en el arte, es mi gran pasión”. Una pasión que le ha ayudado a sentirse aceptada en la sociedad actual. Le ha servido de puente hacia la integración social.
El síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo. La persona que lo presenta tiene un aspecto normal, capacidad normal de inteligencia y frecuentemente habilidades especiales en áreas restringidas, pero tiene problemas para relacionarse con los demás y en ocasiones presentan comportamientos inadecuados. La persona Asperger presenta un pensar distinto. Su pensar es lógico, concreto e hiperrealista . Este síndrome se manifiesta de diferente forma en cada persona, pero todos tienen en común las dificultades para la interacción social, especialmente con personas de su misma edad. De ahí que Ana haya tenido etapas de incomprensión, aislamiento. “Los primeros años de vida me he sentido incomprendida, pero he aprendido que el Asperger no es una incapacidad, es una manera de entender el mundo diferente”.


No existen barreras
Ana ya ha conseguido una etapa en la carrera de la vida, mostrar al mundo su obra y demostrar que el Asperger no supone ninguna limitación para evolucionar y triunfar.“Me gustaría demostrar que en el arte todos somos iguales, llegar algún día a ser reconocida como artista”. Ana ha demostrado que las barreras no las tienen las personas con síndrome de Asperger, se las pone la sociedad. Seguro que en un futuro no muy lejano las etapas de la vida de Ana se completan con su mayor sueño, triunfar como gran artista.