La de anoche fue una ceremonia de los Oscar peculiar. Si tenemos en cuenta las catorce nominaciones de La la land, se puede considerar que la consecución de tan sólo seis estatuillas es un pequeño fracaso para el musical. Fue la primer perdedora. Uno se sus Oscar lo consiguió en detrimento de Natalie Portman, ya que Emma Stone consiguió el Oscar como Mejor Actriz, premio que todo el mundo daba por seguro que iba a ser para la protagonista de Jackie. El premio que enderezó la noche para La la land fue el otorgado a su director, Damien Chazelle, que se ha convertido en el realizador más joven en recibir un Oscar. Pero lo peor estaba por venir.
La noche la protagonizaron Warren Beaty y Faye Dunaway… muy a su pesar. La pareja de Bonnie and Clyde fue la encargada de cerrar la ceremonia, es decir, de dar el premio a la Mejor Película. «La la land», rezaron los veteranos intérpretes. Los productores del film subieron a recoger la que sería su séptima estatuilla. Pero fue uno de ellos, Fred Berger, el que se dio cuenta de que habían abierto el sobre equivocado. Y sí, era cierto. La ganadora era Moonlight, film que hasta ese momento sólo había ganado los Oscar al Mejor Guión Adaptado y al Mejor Actor de Reparto (Mahershala Ali).
La cara de Ryan Gosling era para enmarcarla. Menuda noche para el protagonista de la cinta damnificada. Ya se había llevado un disgusto al ver cómo Casey Affleck subía a recoger el Oscar al Mejor Actor por su gran trabajo en Manchester by the sea, película que, merecidamente, consiguió uno de los premios más prestigiosos, el de Mejor Guión Original. Otro que no se lo pasó bien fue Denzel Washington, quien vio cómo su Fences tan sólo consiguió la distinción a la Mejor Actriz de Reparto (Viola Davis). Esperemos que para su 90 cumpleaños los organizadores de la ceremonia se esmeren más en evitar bochornos y en, por qué no, acortar un tanto una velada a la que le sobran minutos por doquier.
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